El concurso de anteproyectos para Camp Redó consistió en la ordenación de varios pisos tutelados y un centro de día para gente mayor, en un barrio degradado al norte de Palma.
El proyecto se centró en 4 aspectos fundamentales: movilidad, independencia, confort y actividad. Se propone una arquitectura sin barreras, de fácil lectura donde el usuario se oriente sin dificultad, adecuada acústica y térmicamente al entorno en el que se sitúa, y con áreas pensadas para la socialización, el ejercicio físico y el disfrute de los residentes.
Dos bloques que miran a un patio central que alberga las huertas y zonas de estancia al aire libre, y una planta baja en la que se desarrolla el programa público sin interferir con el uso más privado de las habitaciones.